PATOLOGÍAS FRECUENTES EN LA SEGUNDA Y LA TERCERA EDAD
Patologías frecuentes en la segunda y la tercera edad
Extracto de mi libro: “Medicina del Deporte: Segunda
Edad, Tercera Edad y Actividad Física”.
Dra. Alma Liliana López Marmolejo.
Según diversos estudios las enfermedades que se
presentan durante el envejecimiento se dividen en:
1. Enfermedades
relacionadas directamente con el proceso del envejecimiento.
2. Enfermedades
relacionadas con la edad.
3. Y, a
mi modo de ver, podemos clasificar la tercera serie de patologías de origen
ambiental con o sin componente genético.
Enfermedades relacionadas directamente con el
proceso del envejecimiento, como por ejemplo las patologías articulares y la
aparición de déficit visuales como la presbicia. En estás la patogénesis está
directamente relacionada con el envejecimiento de la persona. También se pueden
dividir por género, tales como la osteoporosis en mujeres peri-menopáusicas y
post-menopáusicas y la hipertrofia prostática en hombres por encima de los 40
años.
Enfermedades relacionadas con la edad, las
cuales se presentan en un determinado período de la vida, pasado el cual su
incidencia influye marcadamente. Muchas enfermedades neurológicas pertenecen a
este grupo. (38) A medida que aumenta la expectativa de vida, el número de
individuos que presenta enfermedades neurodegenerativas (enfermedad de
Alzheimer y de Parkinson) es cada vez mayor. En las mujeres post-menopáusicas,
el riesgo de deterioro cognitivo es mucho mayor que en aquellas
pre-menopáusicas.
Serie de patologías de origen ambiental, que
también pueden estar influenciadas por un componente o carga genética,
relacionadas con todos los procesos que tienen que ver con la exposición a
diferentes factores: alimenticios, tóxicos, farmacológicos, de bajo nivel de
actividad física, entre otros, que se relacionan o se pueden relacionar con las
patologías propias de este grupo de edad, de mayor incidencia a nivel de las
personas del grupo de la tercera edad.
1. Una mala alimentación, estructurada así desde la infancia muy probablemente generará
adultos con alteraciones nutricionales tipo obesidad, la cual está altamente
relacionada con enfermedades cardiovasculares, endocrinas (Diabetes Mellitus
tipo II), patologías osteoarticulares tipo artritis/artrosis y cáncer, entre
otras.
2. Personas que por
influencia del entorno o por adicción a su consumo, presentan o presentaron hábitos
tóxicos como el tabaquismo o el alcoholismo, los cuales están
altamente ligados a las diferentes enfermedades cardiovasculares, además que
pueden verse asociados o ser generadores de Enfermedad Pulmonar Obstructiva
Crónica, otras patologías pulmonares, cáncer pulmonar, cáncer de garganta,
enfermedad arterial oclusiva, cirrosis hepática.
3. Personas que se auto
medican de forma regular o que crecieron en hogares o familias en la cual la auto-medicación es algo corriente, se relacionan con gastritis
crónica, cirrosis hepática por drogas tipo acetaminofén, falla renal aguda
secundaria a consumo indiscriminado de anti-inflamatorios orales.
4. El nacer en un
hogar sedentario marca el nivel de actividad física de la persona,
incluso, este hecho está clasificado como un factor ambiental
predictor de abandono del ejercicio. Y como ya sabemos, la
hipodinamia y/o sedentarismo es uno de los principales factores generadoras de
enfermedades crónicas secundarias no transmisibles tipo hipertensión arterial,
infarto de miocardio, arteriosclerosis, ateromatosis, dislipidemia, diabetes
mellitus tipo II, artritis, artrosis, cáncer intestinal, ansiedad, depresión,
insomnio y otras más ya comprobadas científicamente.
Estamos observando que la mayoría de estos
factores se pueden intervenir, principalmente el sedentarismo, lo
cual tendría una reducción marcada en la incidencia de la mayoría de las
enfermedades de presentación común en la segunda y la tercera edad.
Una frase publicada en el periódico el tiempo en el
año 1999 resume muy bien este planteamiento: “Una buena tercera
edad comienza en la infancia”.
Según la OMS hay acciones que favorecen un
envejecimiento activo, muchas de las cuales comienzan desde la infancia e
incluso antes; algunas de ellas son:
1. Proporcionarles
a los niños una nutrición balanceada.
2. Explicar
a niños y jóvenes los efectos perjudiciales del tabaquismo.
3. No
consumir bebidas alcohólicas.
4. Hacer
ejercicio regularmente.
5. Consumir
alimentos con alto contenido de fibra, pocas grasas animales y poca sal.
José Fernando Gómez Montes, presidente en 1999 de la
Asociación Colombiana de Geriatría afirmo en aquella época que "hay una gran dificultad para diferenciar entre envejecimiento y
enfermedad".
"Al envejecer hay cambios normales que no
representan enfermedad, pero pueden parecerlo. El ejemplo más claro es la
aparición de las canas. Hay otros cambios que, si remedan enfermedad, pero no
tienen consecuencia, como la intolerancia a los carbohidratos y el aumento de
la glicemia que parecen una diabetes pero que en principio no lo es".
"El tercer grupo son cambios normales que pueden
ser más horribles que una enfermedad, como la menopausia que hacen que se
pierda masa ósea a gran velocidad y pueda haber osteoporosis. Otro grupo son
las enfermedades que se llaman relacionadas y otras las dependientes. Al
primero pertenecen la hipertensión y la arteriosclerosis y al segundo,
enfermedades que tienen que ver con el envejecimiento, en donde la típica es el
deterioro cognoscitivo".
Si queremos hallar la fuente de la juventud,
la encontraremos en la Actividad Física programada,
tanto que expertos de la OMS califican el ejercicio como lo más próximo a la
'fuente de la juventud'.
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Particularidades de las enfermedades
neurodegenerativas (Alzheimer, Depresión y Parkinson)
Alzheimer
El Alzheimer representa aproximadamente el 50% de los
casos de demencia; esta es considerada un problema de impacto negativo a nivel
de la salud pública, con costos a nivel financiero, de tratamiento y en el
ámbito familiar.
Refieren numerosos estudios que la terapia motora en
estos pacientes ha demostrado mejorías a nivel del síndrome depresivo,
vascularización, oxigenación cerebral, flujo sanguíneo, comportamiento y
capacidad funcional.
En un caso estudio (Oliani et al, 2007) se le aplicó
un protocolo de Actividad Física controlada durante un mesociclo de 3 meses,
con una duración de 50 minutos por sesión, 3 sesiones por semana, encontrando
mejoría de las siguientes variables: nivel de dependencia física y emocional,
síntomas depresivos, equilibrio estático y capacidad funcional.
Depresión
Investigadores han observado una mayor prevalencia de
depresión en personas con bajo y mediano nivel de actividad física comparada
con aquellos que poseen un alto nivel.
También se ha demostrado que el deterioro de la
capacidad funcional presenta una alta asociación con la depresión; las personas
con menor nivel de actividad física fueron 4 veces más susceptibles comparados
con los que se mantuvieron activos en el periodo de 5 años.
Las personas de la tercera edad presentan una serie de
perdidas sucesivas (aspectos físicos, psicológicos y sociales), perdidas estas
que pueden llegar a comprometer el nivel de autonomía e independencia, repercutiendo
además en el control emocional, pudiendo ser, según los estudios, el punto de
partida para un desequilibrio en la estructura física con una mayor vulnerabilidad
a la depresión.
En diversos estudios de investigación realizados se ha
asociado el sedentarismo al envejecimiento y a las enfermedades crónicas
secundarias a la hipodinamia, con la influencia negativa a nivel de la salud
mental del grupo de personas de la tercera edad dada la fuerte asociación entre
salud física y prevención de la depresión.
Una serie de estudios han demostrado que la perdida de
la funcionalidad física solo es debida en parte al proceso de envejecimiento, y
en mayor proporción a la pérdida o no realización de actividad física.
También se ha demostrado que la actividad física puede
contribuir en la mejoría de la condición clínica general y la esfera mental del
anciano deprimido, generando una mejor calidad de vida.
Parkinson
Se manifiesta principalmente en personas por encima de
los 50 años, afectando aproximadamente 7 mil millones de personas en el mundo;
esta puede estar asociada a síntomas depresivos ya que el Parkinson, presenta
limitaciones físicas y funcionales.
En una investigación realizada en un grupo de personas
de la tercera edad con enfermedad de Parkinson a quienes se les aplicó un
programa de actividad física, con una duración de 30 minutos por sesión, de 2 a
4 sesiones por semana, durante 15 semanas; a estos se les aplicó la Escala de
Hamilton para Depresión (HAM-D), antes y después de la aplicación del programa
de Actividad Física. Se demostró que la Escala pasó de 23,14 al inicio del
programa, a una Escala de 16 posterior a las 15 semanas de su aplicación.
En este grupo de personas se ha demostrado en
investigaciones que la Actividad Física conlleva a mejoría de las funciones
motoras, movimientos finos, reducción de los tremores y de la rigidez, aumento
en el número de actividades cotidianas diarias. Por lo que se ha
demostrado que las personas con Parkinson y pertenecientes a la tercera edad
pueden beneficiarse de programas de Actividad Física controlada, minimizando
los efectos negativos del envejecimiento y del propio Parkinson, ofreciéndoles
una mejor calidad de vida.
Referencias bibliográficas
Instituto de Medicina del Deporte de Cuba. Material mecanografiado clases de Cultura Física Terapéutica, Dr. Raúl Mazorra q.e.p.d., años 1996-2000.
López AL. Medicina del Deporte: Control biomédico del entrenamiento deportivo – Control morfo-funcional para los diferentes niveles de preparación física. 1ra ed. Cali: Editorial Universidad Libre Seccional Cali; 2007.
López AL. Medicina del Deporte: segunda edad, tercera edad, Actividad Física y Deporte. 1ra. ed. Cali: Editorial Universidad Libre Seccional Cali; 2013.
López AL. Medicina del Deporte: Control biomédico del entrenamiento deportivo – Control morfo-funcional para los diferentes niveles de preparación física. 1ra ed. Cali: Editorial Universidad Libre Seccional Cali; 2007.
López AL. Medicina del Deporte: segunda edad, tercera edad, Actividad Física y Deporte. 1ra. ed. Cali: Editorial Universidad Libre Seccional Cali; 2013.
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