COLUMNISTA INVITADO 5

DR. LARRY QUINN CASTRO

Es muy grato para mí, desde el punto de vista profesional y personal, el presentarles a mi colega y amigo – dada su calidad humana y su alto nivel profesional – al Médico Deportólogo, Doctor Larry Quinn Castro, como columnista invitado. Médico Cirujano de la Universidad del Rosario y Médico Especialista en Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque de Bogotá, Colombia, quién a través de su interesante artículo de investigación, nos presenta un reporte de caso muy interesante, relacionado con trauma y deporte: el enfisema orbitario post-traumático.

Imagen extraída de: https://indervalle.gov.co/larry-quinn-la-historia-del-medico-que-humaniza-al-valle-oro-puro/

Presentación:

  1. Médico y Cirujano de la Universidad del Rosario.
  2. Especialista en Medicina del Deporte de la Universidad El Bosque de Bogotá, Colombia.

Desempeño actual:

  1. Médico del Deporte en el Centro de Ciencias Del Deporte, INDERVALLE – Grupo Médico- Centro de Ciencias del Deporte.
  2. Coordinador del Laboratorio de Fisiología y alto rendimiento del Centro deCiencias Del Deporte, INDERVALLE.
  3. Staff Médico de especialistas, Selección Colombia, en delegación y evento en Juegos Internacionales del Ciclo Olímpico Tokyo 2020.
  4. Médico de Selección de Valle de Levantamiento de pesas, apoyo regional Coldeportes, selección Colombia de Mayores en Levantamiento olímpico de Pesas.
  5. Médico Staff Cadena de Centros de Acondicionamiento Físico Smart-Fit.
  6. Atención Particular especializada en Medicina del Deporte, actividad física y salud, Consultorio de atención. Clínica del Rio. Guadalajara de Buga.
  7. Docencia asistencial en práctica Ad Honoren, Estudiantes Noveno Semestre. Universidad del Valle. INDERVALLE. Principios básicos de la Medicina del Deporte.

Datos de contacto:

Celular: 3155059857

Email: mdvalledeporte@gmail.com

Dirección consultorio: calle 1 #14-34, Clínica del Rio. Guadalajara de Buga, Colombia.

ENFISEMA ORBITARIO POST-TRAUMÁTICO EN EL ATLETA
A PROPÓSITO DE UN CASO

 

POSTTRAUMATIC ORBITAL EMPHYSEMA IN THE ATHLETE

ABOUT A CASE

Quinn L., MD1, Sarmiento A., MD2., Niño A., MD3

1 Médico Residente Medicina del Deporte, Jefe de Residentes Universidad El Bosque. Colombia.

2 Médico del Deporte, Director  Científico Centro Médico Deportivo Bodytech, Bogotá. Colombia.

3 Médico del Deporte, Coordinador Unidad de Ciencias Aplicadas al Deporte UCAD, IDRD- Bogotá. Colombia.

Mayo de 2016

RESUMEN

Un enfisema orbitario se define como una  condición benigna, que se produce después de la inyección forzada de aire en los espacios circundantes de los tejidos blandos en la órbita ocular, existiendo en muchos casos algún antecedente de traumatismo como un evento desencadenante, en cuyo caso produciría la aparición de un fractura de un hueso orbital, generando una solución de continuidad en el tejido y permitiendo la entrada de aire, en este caso se denomina un enfisema orbitario postraumático.

Presentamos a continuación el caso de un atleta masculino de 31 años, perteneciente  la liga de Taekwondo de Bogotá, modalidad combate, quien a valoración por la especialidad de medicina del Deporte en la Unidad de Ciencias Aplicadas al Deporte (UCAD) Bogotá, el cual se le dictamino por sintomatología y hallazgos clínico-imagenológicos un enfisema orbitario postraumático.

Dentro de las posibles causas desencadenantes del enfisema orbitario en el atleta se dictaminó que la etiología del mismo fue secundario a un pneumo-orbitismo a tensión, posterior a un viaje en vuelo comercial.

Se le acuña el término pneumo-orbitismo a tensión, a los efectos del aire al interior de un compartimiento denominado órbita ocular, siendo una causa importante de este acontecimiento los cambios de altitud, por ejemplo en vuelos, de tipo comercial o militar, los cuales pueden generar cambios atmosféricos durante el transporte aéreo.

Es importante realizar un adecuado abordaje por parte del médico del deporte, partiendo de una descriptiva y completa historia clínica, de un minucioso examen físico, descartando complicaciones clínicas que pongan en riesgo la perdida ocular, encaminando adecuadamente un sensible y especifico estudio de extensión imagenológico y derivando oportunamente al especialista según la severidad del caso, y de forma importante y primordial, sospechar esta entidad en todo atleta con antecedente de traumatismo  orbitario.

HISTORIA CLÍNICA DEL CASO

Presentamos a continuación el caso de un atleta masculino de 31 años, perteneciente  la liga de Bogotá, practicante de Taekwondo en modalidad combate.

Acude a valoración por la especialidad de medicina del Deporte en la Unidad de Ciencias Aplicadas al Deporte (UCAD) Bogotá, en el mes de Octubre del 2015,  por cuadro clínico de tres días de evolución de dolor ocular izquierdo asociado a diplopía. Refirió traumatismo hace 1 mes, el cual se originó durante práctica deportiva de combate; el deportista presenta un traumatismo de tipo impacto, contundente de contrario, el dorso de pie del contrincante impacta en la región de órbita izquierda, acude dado que presenta desde hace tres días molestia en región ocular izquierda, no refiere perdida de la visión, ni sangrado nasal, ni alteración en el estado de conciencia durante o posterior al evento.

Refiere que la incomodidad y molestia ocular inició posterior a su regreso a la ciudad de Bogotá, Colombia desde República Dominicana aproximadamente hace 3 días, refiere claramente que al momento de aterrizar nota una sensación de “chupa” en la órbita izquierda acompañada de una sensación de hundimiento ocular, con posterior dolor en región orbitaria, no refiere perdida visual de ningún tipo, ni trastornos en la refracción. Al momento de la consulta médica solo refirió sentir dolor 3/10 en escala análoga visual (EAV), al realizar con el ojo izquierdo movimiento de visión lateral, localizando el dolor a nivel de zona nasal de orbita izquierda.

Como  antecedentes médicos el deportista reportó:

PATOLÓGICOS: Ulcera gástrica.

FARMACOLÓGICOS: Niega

QUIRÚRGICOS: Reconstrucción de Ligamento Cruzado Rodilla Derecha en 2008, Septo- rinoplastia 4 de marzo 2015.

FAMILIARES: Niega

TOXICO-ALÉRGICOS: Niega

TRAUMAS DEPORTIVOS: Distensión Ligamento colateral Interno en codo derecho, Desprendimiento parcial ungueal de grueso artejo derecho, Lesión Ligamento Cruzado Rodilla Derecha y tendinopatía en porción medial de  gastrocnemio derecho. Fractura nasal presentada el 2 de marzo de 2015.

Al examen físico, durante la  inspección no se encontraron en zona de órbita izquierda, desniveles en región de hueso malar, maxilar superior, ni frontal, no se sintió a la digito presión crepito en los  reparos óseos que compone la órbita, sin embargo se apreciaba marcado enoftalmos, en ojo izquierdo comparado con derecho asociado a una disminución en la apertura palpebral ipsilateral. Figura 1.

Figura 1. Hallazgos clínicos a inspección, sobre región ocular izquierda, nótese (flecha negra) el marcado enoftalmos, en ojo izquierdo comparado con derecho asociado a una disminución en la apertura palpebral ipsilateral.

Todos los movimientos oculares conservados, no se apreciaba  nistagmus, a examen visual y de campimetría no se encontró ninguna alteración, no refirió presencia de escotomas, al  fondo de ojo en comparación bilateral no se encontraron anormalidades.

Deportista durante el examen de movimientos oculares, refirió dolor  3/10 en EVA a la acción de lateralización de la mirada en ojo, manifestándose el dolor  a nivel de zona nasal de orbita izquierda, asociado a su vez a este movimiento el deportista refiere diplopía.

Teniendo en cuanta los hallazgos clínicos y el antecedente de traumatismo en obrita izquierda, se solicitó la toma de una Tomografía computada (TC) de orbita, con el fin de descartar una fractura orbitaria, causante de toda la anterior sintomatología descrita. Se recibieron las Imágenes del TC son mostradas a continuación en las Figuras 2A-D. La imagen fue reportada por el servicio de Radiología como una fractura orbitaria izquierda tipo BLOW OUT con depresión de la lámina papirácea y herniación de la grasa y parcialmente del músculo recto interno del ojo izquierdo, presencia de enoftalmos izquierdo. Sin embargo a pesar de todos estos hallazgos descritos se apreciaba una imagen hipodensa a nivel de órbita izquierda en región superior, compatible con un posible enfisema orbitario. Figura 2B-D.

Figura 2A. Corte transversal de TC en órbita, nótese, la depresión de la lámina papirácea y herniación de la grasa y parcialmente del músculo recto interno del ojo izquierdo, compatible a una fractura tipo BLOW OUT.


Figura 2B. Corte transversal de TC en órbita, nótese (flecha blanca), en el margen superior en órbita izquierda, imagen hipodensa que compromete la región orbitaria, compatible con un enfisema orbitario de tipo peribulbar.

                                           

Figura 2CCorte sagital de TC en órbita, nótese (flecha blanca), en el margen superior en órbita izquierda, imagen hipodensa que compromete la región orbitaria superior, compatible con un enfisema orbitario de tipo peribulbar. 

Figura 2DCorte coronal de TC en órbita, nótese (flecha blanca), en el margen superior en órbita izquierda, imagen hipodensa que compromete la región orbitaria superior, compatible con un enfisema orbitario de tipo peribulbar, observe el lado contralateral (no lesionado), en el cual no se encuentra este hallazgo descrito.

                                                                                                                            

Por tanto al deportista se le referenció  con los diagnósticos de:

1. Trauma orbitario izquierdo

2. Fractura de la pared medial de la órbita izquierda tipo BLOW OUT con herniación grasa y muscular.

3. Enfisema orbitario post-traumático

4. Sospecha de un Pneumo-orbitismo a tensión.

Por tanto el deportista fue remitido de forma inmediata para valoración por Oftalmología, por su Empresa Prestadora de Salud (EPS), para continuar abordaje médico y se le dio la no aptitud medico-deportiva para su participación en los XX Juegos Deportivos Nacionales.

Es valorado por el servicio de Oftalmología los cuales consideran que el deportista es candidato para una intervención quirúrgica de corrección de su fractura de la pared medial de la órbita izquierda tipo BLOW OUT y su enfisema orbitario secundario.

ENFISEMA  ORBITARIO POST-TRAUMÁTICO

Un enfisema orbitario se define como una  condición benigna, que se produce después de la inyección forzada de aire en los espacios circundantes de los tejidos blandos en la órbita ocular, existiendo en muchos casos algún antecedente de traumatismo como un evento desencadenante, en cuyo caso produciría la aparición de un fractura de un hueso orbital, generando una solución de continuidad den el tejido y permitiendo la entrada de aire, en este caso se denomina un enfisema orbitario postraumático(1)

Sin embargo se pueden encontrar otros mecanismos o eventos que pueden originar la aparición de un enfisema orbitario, entre los cuales se  incluyen: Antecedente de una infección en tejidos blandos circundantes a la órbita, lesiones orbitarias secundarias a un baro-trauma por el uso mangueras de aire comprimido y a su vez complicaciones quirúrgicas en procedimientos dentales(1) .

Entre los pocos casos reportados acerca de la aparición de un enfisema orbitario en atletas(1,2), se puede documentar que posterior a un traumatismo o golpe, el cual genera una fractura de la órbita, algún cambio de presión en los compartimientos de la órbita como de los senos paranasales, como seria estornudar, toser, viajar en avión e inclusive un episodio de Válsala de alta fuerza como lo es en el síndrome de Boerhaave, el cual genera una ruptura esofágica, pueden generan la aparición de aire en una cavidad virtual, llenándola sostenidamente y produciendo un enfisema orbitario(3,4).

Las fracturas orbitarias tienden a suceder en la zona más delgada de la pared orbitaria, correspondientes a la pared medial (lámina papirácea), cuyo grosor es de tal solo 0,25 mm aproximadamente y la pared inferior (con aproximadamente 0,5 mm de espesor(1,5,6)La pared medial se encuentra en íntima relación con los celdillas etmoidales, mientras que la pared inferior se encuentra en contacto estrecho  con los senos maxilares, lugar de donde el aire comprimido se origina y migra a través de la solución de continuidad manifiesta por el trauma(5).

Dentro de todos los reparos topográficos inmersos ante un traumatismo orbitario, las fracturas del suelo orbitario son más comunes, mientras que las fracturas que únicamente comprometen la  pared medial se presentan en aproximadamente 10-30% de los casos ante un trauma orbitario(5,6).

El enfisema se origina de forma dinámica, ya que el aire localizado en los senos paranasales, es movilizado por una fuerza originada de forma propulsiva o por el propio individuo (al sonarse, toser o estornudar) o por un medio externa con mayor presión (manguera de aire o cambios repentinos de altura), hacia el tejido blando periorbitario, a través de la fractura generada, de allí el aire queda atrapado en los espacios periorbitarios ya que los tejidos blandos actúan como un mecanismo de válvula unidireccional sellando el espacio y dejando el aire atrapado o inclusive propiciando la herniación de cualquier tejido contenido en la cavidad sinusal u orbitaria(1,3,4,6,7).

Se puede sospechar la formación de un enfisema orbitario en una atleta, cuando se documenta o sospecha un fractura orbitaria secundaria a un traumatismo y se refieren síntomas tales como: Dolor orbitario, hipostesias en la región de parpados y órbita, el paciente manifiesta o se evidencia en el examen físico una disminución en los movimientos oculares, Proptosis o enoftalmos, el atleta refiere pérdida de la visión o de su agudeza y diplopía o inclusive se pueden manifestar síntomas oculocardiacos(1), los cuales se pueden generar secundarios a un atrapamiento del tejido blando orbitario (grasa o músculo), estimulando fuertes respuestas vagales entre las cuales se encuentran: Bradicardia, náusea, vómitos, síncope y bloqueo cardiaco, síntomas producidos, dado que el reflejo  está mediado por la conexión nerviosa entre el nervio trigémino y el nervio vago(8). Inclusive la presencia de enfisema orbital en ausencia de algún trazo fracturario  de la pared orbitaria, sugiere una fractura oculta de la órbita(1,9).

Ante la presencia de un enfisema orbitario post-traumático, las complicaciones que se pueden presentar y  se deben descartar en un atleta, son: La presencia de una marcada y severa Proptosis, pérdida importante de la visión, un aumento significativo de la presión intraocular secundario a un síndrome compartimental orbitario, el cual podría producir una oclusión de la arteria central de la retina con pérdidas irreparables en la funcionalidad visual(10).

Dentro de los estudios imagenológicos que se pueden realizar al momento de abordar la sospecha clínica de un enfisema, se encuentran: La Radiografía simple (Rx), la tomografía computada (TC) y la Resonancia magnética Nuclear (RMN).

Entro los tres anteriores estudios la TC es la más eficaz en la identificación de la presencia y la localización anatómica de aire cuando se sospecha un enfisema orbital postraumático y a su vez en la localización topográfica y la caracterización del trazo de fractura, sin embargo pueden existir errores en la interpretación de la imagen del TC, sobre todo ante la aparición de un cuerpo extraño de madera el cual puede imitar la presencia de un enfisema orbital y el manejo de estos dos escenarios es completamente diferente, por lo cual la historia clínica juega un papel fundamental desde el inicio del abordaje de este tipo de lesión (1,11).

Sobre el uso de la radiografía ante una fractura de la nos encontramos con una alta tasa de falsos negativos (50%), inclusive encontrando que hasta en el 30% de los casos se puede pasar por desapercibida, lo que en gran medida limita su utilidad(12), comparada con la TC la cual se aprecian de forma más clara defectos óseos.

La utilidad de la RMN en el abordaje de un traumatismo orbitario, tiene una sensibilidad limitada, para la detección de fracturas, inclusive estando contraindicado su uso ante la sospecha de algún cuerpo extraño en el globo ocular, sin embargo, la RMN puede ser útil para la valoración detallada de los tejidos blandos circundantes en la órbita, tales como de los músculos rectos, el nervio óptico, la grasa y la valoración de estructuras vasculares, para descartar su daño. en la evaluación de daño vascular(13).

La mayoría de los enfisemas orbitarios que no tengan urgencia quirúrgica inmediata (síndrome compartimental), tiene una respuesta de resolución por sí mismos, ya que el aire atrapado puede absorberse, sin embargo  se optará por un tratamiento quirúrgico de forma oportuna, es decir, dentro de las dos siguientes semanas de su aperción, si el atleta presenta diplopía asociada  a un examen imagenológico (TC), que muestre  atrapamiento tejido muscular o periorbitario, se optara por tratamiento quirúrgico cuando la fractura comprometa más del 50% de la pared ósea afectada, o cuando estamos ante la presencia de un enoftalmos que no resuelve(14). Por tanto se deja tratamiento conservador para aquellos atletas que conserven las tres siguientes características: Diplopía mínima, movilidad ocular conservada y la ausencia de enoftalmos(13,14).

PNEUMO-ORBITISMO A TENSIÓN ¿A QUE NOS REFERIMOS? 

Da la curiosidad que el atleta presentado en este reporte de caso, fue enfático en no referir haberse sonado, estornudado o haber realizado un episodio claro de Valsalva, sin embargo la aparición del cuadro clínico se asocia al posible cambio de presiones del vuelo comercial, ya que indagando de forma minuciosa, refirió que al realizar el avión el ascenso presentó una leve incomodidad ocular, sin embargo la sensación de “chupa” y dolor ocurrió inmediatamente el avión realizo el descenso y aterrizó.

Se le acuña el término pneumo-orbitismo a tensión, a los efectos del aire al interior de un compartimiento denominado órbita ocular(2). Una causa importante de este acontecimiento ocurre a cambios de altitud, por ejemplo en vuelos, de tipo comercial o militar, los cuales pueden generar cambios atmosféricos durante el transporte aéreo, sin embargo aunque estos cambios son raros, mínimos y controlados, ya que se han hecho intentos para mantener la presión de la cabina de aviones de vuelos comerciales (presurizados), puede ocurrir la aparición de un enfisema orbitario, ante un antecedente de una fractura de la órbita, como se comentó en el  apartado anterior.

La aparición de un pneumo-orbitismo a tensión se explica por medio de la física de los gases, ya que medida que la presión dentro de la cabina disminuye en ascenso, se expande el gas que llena el ambiente (Ley Boyle-Mariotte), el gas dentro de los senos paranasales migra de estas cavidades a través del espacio dejado por la fractura y se deposita en los compartimientos adyacentes, y a medida que la presión atmosférica vuelva a su valor inicial y empieza a aumentar hasta  a nivel del mar, el aire todavía atrapado dentro de la órbita debido a la estrechez de la fractura y los tejidos blandos herniados, queda atrapado en un mecanismo de trampa de aire, dejando de por lo tanto un enfisema residual(2).

Es por esto que a pesar de la rareza de este tipo de eventos y el escaso reporte de de eventos en la literatura a nivel mundial,  es recomendable  tener prudencia y tener en cuenta los planes de viaje aéreos  de un atleta que ha sufrido recientemente un traumatismo orbitario(2).

DISCUSIÓN

El anterior atleta expuesto en esta revisión de caso, nos muestra la presentación de un enfisema orbitario postraumático, dado por los claros síntomas  y signos reportados, durante la consulta de Medicina del Deporte, asociado a los claros en indiscutibles hallazgos imagenológicos, dado la presencia de diplopía, enoftalmos y signos en la TC de atrapamiento musculare del recto interno, la conducta a seguir fue la remisión para el servicio de oftalmología y la consecuente programación para su tratamiento quirúrgico, existen casos reportados en la literatura sobre atletas o pacientes que presentan un enfisema orbitario postraumático posterior a un evento fracturario durante alguna actividad deportiva y posteriormente refieren haberse sonado o tosido, desencadenando el enfisema (1,15,16), sin embargo solo  existe el reporte de un caso a parte de este caso con la manifestación de un enfisema generado por un pneumo-orbitismo a tensión(2),  los síntomas, durante el vuelo comercial y la molestia a los cambios de presión del mismo, nos hacen sospechar claramente la a manifestación de esta entidad en el atleta descrito en este caso.

CONCLUSIÓN

Un enfisema orbitario se define como una  condición benigna, que se produce después de la inyección forzada de aire en los espacios circundantes de los tejidos blandos en la órbita ocular, existiendo en muchos casos algún antecedente de traumatismo como un evento desencadenante.

Es importante realizar un adecuado abordaje por parte del médico del deporte, partiendo de una descriptiva y completa historia clínica, de un minucioso examen físico, descartando complicaciones clínicas que pongan en riesgo la perdida ocular, encaminando adecuadamente un sensible y especifico estudio de extensión imagenológico y derivando oportunamente al especialista según la severidad del caso, y de forma importante y primordial, sospechar esta entidad en todo atleta con antecedente de traumatismo  orbitario.

El pneumo-orbitismo a tensión es aquella entidad causada por cambios barométricos y de altura, en especial en traslados aéreos, que puede suceder en un atleta con antecedente de fractura orbitaria, sin embargo  pesar de la rareza de este tipo de eventos y el escaso reporte de de eventos en la literatura a nivel mundial,  es recomendable  tener prudencia y tener en cuenta los planes de viaje aéreos  de un atleta que ha sufrido recientemente un traumatismo orbitario.

CONFLICTOS DE INTERÉS

Los autores no presentamos ningún conflicto de interés.

REFERENCIAS

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